SEMANAS QUE VALEN DECADAS
ENTRE EL VÉRTIGO DEL CAMBIO Y LA URGENCIA DEL DESPERTAR SOCIAL
“Hay décadas en las que no ocurre nada y semanas en las que ocurren décadas”.
-Vladimir Lenin
Hay frases que nombran con exactitud lo que estamos viviendo y estas no se olvidan. La frase atribuida a Lenin, pudiera razonar con fuerza en estos tiempos. No sólo en el ámbito global, sino en nuestra realidad local, en nuestras calles, las empresas e incluso nuestras conversaciones. Hay semanas que nos están confrontando con cambios que antes tomaban años. A lo que debemos reflexionar ¿Estamos preparados para sostenerlos? ¿Para comprenderlos? ¿inclusive para lideraros?
Estamos viviendo en una era de disrupciones donde la tecnología, el medio ambiente, la economía y sobretodo la política se están transformando a un ritmo vertiginoso. Lo que ayer era cierto hoy es relativo, y lo que parecía que era estable se desmorona en un comentario en red sociales, en una elección o en una tormenta. Con estos giros tan inesperados, emerge la necesidad de resiliencia no sólo personal, sino social.
LA RESILIENCIA SOCIAL COMO ANTIDOTO ANTE LA INCERTIBUMBRE
No es la más fuerte la sociedad que sobrevive sino la más adaptable. Esto nos exige una nueva cultura ciudadana, donde comprendamos que el bienestar colectivo no se construye desde el miedo sino desde la acción empática, informada y sobretodo comprometida. Desde el punto donde la crítica no sólo destruye, sino que propone.
Puerto Vallarta, Acapulco, Los Cabos, México entero… hemos pasado por semanas que parecieran que fueron décadas: pandemias, crisis turísticas, violencia, elecciones polarizadas. Sin embargo, aquí estamos. ¿Pero estamos mejor preparados? ¿O seguimos simplemente sobreviviendo?
Será importante fortalecer los lazos entre los vecinos, participaciones colectivas, exijamos a nuestras autoridades, pero también propongamos. La comunidad se construye entre todos, no desde la comodidad de la crítica, sino desde el compromiso con lo común.
DE LA QUEJA A LA CERTEZA: POR EL CAMBIO DE LA CONCIENCIA POLITICA
No podemos estar ajenos del ámbito político. No podemos continuar delegando la construcción de certeza a quienes piensan en Ciclos electorales y no en las generaciones. Es necesaria una nueva conciencia política, que abracen la responsabilidad de lo colectivo sin caer en la polarización. Una conciencia que exija instituciones funcionales, pero que también se cuestione así misma: ¿qué estoy haciendo por mi comunidad?
Definitivamente, la certeza no la da un líder, la da una ciudadanía despierta.
Participa, infórmate, exige. La política es demasiado importante como para seguir dejándola en las manos de unos cuantos. La certeza colectiva se construirá con vigilancia ciudadana, con la participación comunitaria y con convicciones éticas.
COMUNIDAD, EMPRESARIADO Y LIDERAZGO SOCIAL
Desde el sector empresarial, desde Coparmex, desde los micronegocios, desde la academia, tenemos el deber moral de convertirnos en motores de cambio. Enfatizo que no sólo como salvadores, sino como colaboradores. Necesitamos de manera urgente pasar del reactivar la economía al reconstruir el tejido social. Esto sólo se podrá lograr generando espacios de participación, diálogo y corresponsabilidad.
No se pueden controlar los momentos de cambio, pero sin el ¿como lo estaremos enfrentando?. Lo importante es no dejarlo pasar, así como si nada. Porque puede ser esta semana, esta conversación, esta lectura… el inicio de una década diferente.
El rol empresarial ya no sólo será generar empleos o cumplir con los pagos de impuestos. En un destino como Puerto Vallarta, donde el turismo nos marca la constante del pulso económico, el empresariado también será un agente de cohesión social. No se trata sólo de recuperar ocupación hotelera, sino de regenerar confianza, dignidad laboral y sentido de comunidad.
Será importante sumarnos a iniciativas de responsabilidad social real. Que las empresas sean los motores de desarrollo, no sólo económico sino humano. Que se apueste a la capacitación, a dignificar y retener el talento local con visión de futuro.
Si hay algo urgente hoy, es activar la conciencia social y política de los jóvenes. Comprender que son ellos quienes vivirán las consecuencias de las decisiones que se están tomando hoy en día en los cabildos, en el congreso y en las cámaras empresariales. La participación de los jóvenes no puede ser anecdótica ni mucho menos folclórica; deberá ser formativa, orientada al bien común y sobretodo constante. Los jóvenes, como siempre lo he dicho en mis conferencias, no son el futuro de México, son el presente que puede rescatar nuestro futuro, su futuro.
A los jóvenes en Puerto Vallarta, Bahía de Banderas y todo México: organícense, infórmense, levanten la voz, postúlense, voten con inteligencia, defiendan su derecho por un país más justo, exijan transparencia. No esperen a que alguien más lo haga. Comprendan que el cambio empieza desde la cuadra, en la colonia, la escuela, tu trabajo y en tu comunidad.
LAS SEMANAS QUE VALEN DÉCADAS NO SE ANUNCIAN
Así nomás llegan, a veces nos atropella, y a veces nos despiertan. Pero de qué nos sacuden, siempre nos sacuden. Hoy, vivimos una de ellas.
Lo que se haga o dejemos de hacer, en estos días marcará el rumbo de los próximos años, y no sólo en la política, también en nuestra vida cotidiana, en nuestra libertad para decidir, disentir y construir comunidad. Esto no se trata sólo de votar o de opinar en redes sociales, se trata de asumir una responsabilidad realmente activa hacia la transformación que urge.
Vivimos momentos que no son los son económicas o políticas, también son sociales y emocionales. Por tal motivo, hoy más que nunca es necesario la residencia colectiva: capacidad para adaptarnos, organizarnos y levantarnos como sociedad. Se necesitan líderes con conciencia, ciudadanos con valores, y jóvenes que entiendan que el futuro no se hereda, el futuro se defiende.
Y la cuestión no es si estamos listos. La pregunta es si realmente estamos dispuestos a participar, a escuchar hacer parte del cambio. Porque si bien se nos presenta en crisis que nos dividen, también tendremos oportunidades que nos unan.
Tanto Puerto Vallarta, como México están en un punto de inflexión. Donde cada acción y cada comisión cuenta. Este es el momento de mirar de frente, de comenzar a hablar con la verdad y actuar con compromiso.
Las semanas que valen décadas no se repiten. Pero pueden dejarnos una gran huella si decidimos hacerlas nuestras.
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