EMPRESARIOS: Generadores de Certeza Social

 Una realidad creciente

En el diario vivir de los negocios, constantemente nos enfocamos en los números: como las ventas, utilidades y los costos. Me he dado cuenta que este enfoque tradicional está perdiendo cada vez más relevancia. Lo que me lleva a considerar que la verdadera fuerza de un empresario no sólo está en su capacidad para generar ganancias, sino también en su poder para generar certeza social, un impacto positivo en la vida de las personas, en su entorno y sobretodo en su comunidad.

Con la experiencia que he obtenido en los últimos años, considero profundamente que los empresarios son los generadores de la certeza social. Nos corresponde ser los que brindamos empleo, los que creamos oportunidades, los que tenemos esa responsabilidad de propiciar las condiciones que viene a permitir a nuestra fuerza laboral y a sus familias vivir con dignidad. Esto no es un trabajo para nada fácil, pero sin duda es uno de los más gratificantes.

Hace algunos días, leí un artículo en el periódico El Universal sobre una reflexión de la Confederación Patronal De La República Mexicana, COPARMEX, qué me hizo pensar profundamente. Si hablaba de cómo las empresas no pueden limitarse, sólo a medir su valor por sus resultados económicos, sino que se trata de un concepto mucho más profundo: las empresas deben ser actores sociales, asumiendo así su responsabilidad con la transformación de su entorno. Es decir, es un llamado a los empresarios a trascender, a liderar con responsabilidad, con ética y sobretodo con un compromiso real para con las personas.

En Puerto Vallarta y Bahía banderas existen ejemplos de empresas que han asumido ese papel. Son empresas socialmente responsables que están yendo más allá de sus ganancias. Un buen ejemplo son algunos hoteles que apuestan por prácticas sostenibles, o comercios que apoyan a los productores locales, organizaciones que promueven programas de bienestar para sus colaboradores. Estos empresarios han comprendido que su éxito no se mide por lo que se logra a nivel económico, sino por el impacto que están generando a la sociedad.

¿Cómo los empresarios pueden ser generadores de certeza social?

El convertirse en un generador de certeza social no es una tarea sencilla pero sí urgente y profundamente transformadora. Aquí te propongo algunos puntos prácticos que pueden ayudar a lograrlo:

1)     Liberar consentido ético: los empresarios deben comprender que sus decisiones impactan vidas. Tener un código de valores claros y actuar siempre en congruencia con ellos será el primer paso para que se logre inspirar confianza.


2)    Formar con responsabilidad: el crecimiento de una empresa deberá ir de la mano con el crecimiento de la comunidad ¿cómo es que estamos contribuyendo al bienestar de nuestra región? ¿Qué iniciativas puedes impulsar más allá de tu negocio?


3)      Unidos para construir: esta transformación no se podrá lograr en solitario. Será vital crear redes entre empresarios que compartan tu visión, fortalecer a las cámaras empresariales, al propio sindicato patronal, participación en organizaciones civiles y apoyar causas comunes.


4)      La verdad y el bien común: cuando se es un generador de certeza social, implica ser firme en los compromisos. La puntualidad y la responsabilidad con la que cumplimos los compromisos, se van a reflejar con nuestra seguridad, y nuestro deseo genuino de contribuir al bienestar de todos, no sólo al de unos pocos.

El empresario del futuro es aquel que pondrá a las personas en el centro de su modelo de negocios, que va a liderar con valores, que transformará a su entorno y que viene a construir certeza en tiempos de incertidumbre.

El papel de los empresarios de hoy y de mañana no sólo es generar riqueza, es convertirse en un motor de cambio positivo, es decir, transformar o crear empresas que sirvan a la sociedad.

Hoy más que nunca, en Puerto Vallarta y Bahía de Banderas se necesitan empresarios conscientes, valientes y sobretodo comprometidos. No sólo para ser exitosos en la industria, sino para ser los verdaderos agentes del cambio, los verdaderos generadores de certeza social.

Ya lo dijo el filósofo, Aristóteles: “la excelencia no es un acto, sino un hábito”. Cada decisión que toma un empresario deberá estar alineada con la excelencia en todos los aspectos de nuestras vidas y nuestros negocios.

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